Este proyecto nace de la relectura de una de las corrientes artísticas más relevantes de la segunda mitad del siglo XX, pero sobre todo de la espontaneidad, la belleza y la capacidad de sorpresa inherente a la vida contemporánea. Así, mientras el Ready-Made, perseguía unos postulados orientados hacia la teoría del arte y la reivindicación de un nuevo sistema de producción como liberación de su tradicional aparato histórico, este proyecto, este Neoready, recoge los conceptos de resignificación y recontextualización del objeto artístico, pero surge en un sentido más lúdico y optimista, como canto a la cotidianeidad y a la vida diaria.​​​​​​​
En efecto, la propuesta tiene su origen en un momento casual, efímero y a priori intrascendente, en el que el artista se encontró en uno de sus paseos diarios por la ciudad un objeto, una cuchara de apariencia infantil, cuya presencia en dicho entorno puntual, un callejón secundario junto a un par de contenedores de basura, parecía carecer de sentido. Este encuentro extraño, que estimula la imaginación del individuo al preguntarse qué ha llevado a un objeto a asumir el contexto en que se encuentra en un determinado momento, es el germen del presente proyecto artístico.
Un proyecto que, por tanto, no se constituye con ningún propósito concreto más allá del de reflexionar sobre cuestiones relativas a la cotidianeidad, la vivencia autoconsciente y la sublimidad, en un mundo caracterizado por la sobreinformación y el desgaste de la capacidad humana para la sorpresa, del objeto descontextualizado como vehículo para la creatividad. Con ello, se pretende elaborar una serie de obras, sin duración temporal o material establecida, que instituyan un canto a la casualidad, a la imaginación y a la vida, que celebren la posibilidad actual de sorprenderse a través de la observación curiosa de la realidad, y que inciten a su público a la exploración consciente de cada instante.
Para ello, el artista se somete a un proceso de reconocimiento continuo no expectante, de atención curiosa de la realidad, con el objetivo de localizar aquellos elementos que, en muchos casos desapercibidos, plantean un desafío a su contextualización. De este modo, ha recabado algunos materiales como un camión de juguete encontrado con una bolsa de plástico, un bote de mascarilla capilar, un juego de cuchillas de depilación y otros objetos, en el interior de una bolsa de deporte abandonada en medio de un parque, una lámina plastificada de una escena de pintura religiosa hallada en medio del Parque Natural de la Sierra de Guadarrama (Madrid), o una zapatilla en perfecto estado descubierta junto a uno de los accesos al Planetario de Madrid.
Una vez se produce el encuentro, el artista procede a documentarlo mediante una fotografía del espacio, para inmediatamente después recuperar el objeto y llevarlo de vuelta a su estudio, donde es firmado, reclamando así su recategorización dentro del proyecto artístico. Finalmente, la obra es documentada, asignándosele un lienzo sobre el que se integra la fotografía revelada de su lugar de origen, utilizando siempre métodos de adhesión distintos y lo más rudimentarios posible, de forma que reflejen el carácter espontáneo y minimalista de su producción.

Catálogo de obras

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